jueves, 9 de junio de 2011

Lo que dije ante el Comité Regional

Hola a tod@s. Puesto que en algún comentario se me pedía la explicación de qué había dicho en el Comité Regional del sábado pasado, y ya que la intervención del Secretario General también se ha publicado (así como algunos extractos de lo que allí se comentó), me permito compartir con vosotr@s mis palabras ante el máximo órgano entre Congresos del PSN. También espero, como en el anterior post, vuestros comentarios, sugerencias y críticas. Porque, como habréis podido ver, en este blog no se censuran siquiera ni las críticas que no tienen nada que ver con lo expuesto en el post. Un saludo.


Los recientes resultados electorales al Parlamento de Navarra son los peores que el partido ha obtenido en nuestra participación en la política Navarra. Primera y obligada reflexion : ¿en qué posición nos han colocado las urnas? Con poco más de 51.000 votos y 9 parlamentarios, que casi fueron 8, solo queda decir que LOS NAVARROS NOS HAN NEGADO SU APOYO PARA LIDERAR EL GOBIERNO, NO TENEMOS SU CONFIANZA.

Intentar gobernar en estas condiciones, aunque sea en coalición, nos colocará de nuevo en el punto de mira de esta sociedad que quiere y merece respeto, que es madura, y que al dar su confianza en primer lugar, y con gran diferencia a UPN, ha expresado que quiere que gobierne UPN. Dicho esto, también hay que destacar que estos resultados nos han colocado en una situación que nos convierte en pieza clave en la política Navarra, tanto para moderar el enfrentamiento entre los bloques regionalista y nacionalista, como para ser garantes de que las políticas de bienestar no sufran retrocesos, lo que nos impide formar parte de un gobierno de UPN o liderar uno alternativo con el resto de las fuerzas políticas.

Tratar de recuperara parte de la confianza perdida requiere en primer lugar revisar nuestro proyecto, sin prisas pero sin pausas, y para eso es necesario estar en una oposición firme; y dado que nuestra contribución es necesaria influir en la política Navarra con nuestras propuestas, comenzando por no negociar ni pactar ni aceptar cargos por facilitar la investidura. Cada cual en el puesto que nos han colocado los votos. No debemos ni podemos contribuir a aumentar la bipolarización de bloques, ni a convertir a los nacionalistas en la alternativa al gobierno, ni mucho menos dejar que nuestros mensajes a la sociedad se confundan con los de UPN. Eso podría ser el suicidio de nuestro partido.

Es la hora del partido, no es hora de zarandajas que esconden, amortiguan o difuminan la realidad de los hechos. El partido no merece ser tratado como un instrumento para servirse, sino como lo que es: un instrumento clave para poder ayudarnos y apoyarnos todos. Si no conseguimos fortalecer este partido, no podremos servir a Navarra desde la perspectiva socialista. Y para fortalecerlo debemos impedir todo lo que pueda llevar a que la sociedad perciba al PSN como un partido bisagra, como el compañero de viaje ineludible, pero compañero y no protagonista. El partido debe transmitir su voluntad decidida de liderar el gobierno, y esto se consigue con un proyecto propio y diferenciado que reciba el apoyo de los votos necesarios.

No es momento ni valen disculpas. La dirección del partido lo ha dirigido como ha considerado conveniente y adecuado, con cohesión, con medios y con un amplio margen de maniobra, y ha contado además, con la implicación y el esfuerzo de las agrupaciones. A todo esto hay que añadir que la derecha y el nacionalismo se han dividido. Y con todo ello el resultado ha sido un descenso en las elecciones forales del 32%. En España, y es "un tsunami", el 22% de las autonómicas.

Hemos bajado de 91.645 votos de 1991 a 51.054, cifra que nos retrotrae a resultados de 1979, lo que indica que una buena parte de nuestros propios votantes no ha negado el voto. Si no somos capaces de convencer a una buena parte de los nuestros ¿como vamos a recabar la confianza de los nuevos votantes que necesitamos para liderar la política navarra?

Estas consideraciones me llevan a preguntar varias cosas, y a responder.

¿Está la estabilidad de Navarra en riesgo grave? Si la respuesta fuera que sí y se considerase prioritario mantenerla, habría que dejarse de tonterías y hacer un gobierno de concentración cívica o en última instancia coaligarnos. De esta forma la estabilidad para que gobierne la derecha estaría garantizada. Ya vale, ya se ha manoseado suficientemente la estabilidad con una concepción política equivocada que nuestros votantes, no otros, los nuestros, se han encargado de ponerlo en evidencia de forma apabullante.

¿Hay que anteponer el interés general al del partido? Este planeamiento es una falacia. No me cabe ninguna duda de que gentes con ideas y voluntades socialistas en las instituciones garantizan la lucha por el interés general ¡faltaría mas! Eso es intrínseco en nosotros, o no? Y por eso el interés del partido y por el partido, el real, no el interés partidario, es muy importante. Es importante que tipo de partido tenemos y como nos ve la sociedad, ojo, como nos ve la sociedad, no como creemos nosotros que nos ve. Y en mi opinión para esto se necesita un rearme ideológico. Si no mostramos a la sociedad nuevas formas y nuevas pautas de decir, hacer y afrontar las nuevas circunstancias, el partido seguirá languideciendo, y esto es lo que no queremos la mayor parte de nosotros. Queremos ver al PSN gobernando esta tierra, y lo queremos mas pronto que tarde.

¿Vamos a aplicar desde las consejerías nuestra política? Pues también es evidente que no. No hay mas que leer y repasar la prensa para conocer las intenciones de UPN (no quiero imaginarme lo que dirá en petit comité): “no puede haber dos gobiernos en uno” “si gobierna UPN es para poner en práctica su programa” “vamos a poner líneas rojas, Navarra y economía, y llegar a puntos de encuentro en otros temas referidos a educación y salud, etb, aborto. Barcina nombrará y cesará, controlará el gobierno como órgano colegiado, y decidirá las líneas estratégicas fundamentales. No las decidiremos nosotros, ni en una ni en ninguna Consejería, si alguien tiene dudas que se lo pregunte al CDN.

Existen tantas diferencias en temas de memoria histórica, de política, de urbanismo, de modelo de administración pública, de modelo de gestión de servicios públicos, de modelo policial, y en tantos y tantos otros, que, a mi juicio, nos separa un abismo para cogobernar. Ojo: esto no significa que no se pueda llegar a pactos parlamentarios sobre cuestiones que siendo básicas, son negociables, y en las que cada parte debe aparcar parte de su ideario.

¿Qué vamos a decir en el parlamento si cogobernamos? Pues nada, no podremos decir nada, estaremos mudos, no podremos plantear diferencias con UPN, porque seremos gobierno. ¿Cómo vamos a ayudar al PSOE para subir votos en las generales? Pues si UPN se presenta y somos gobierno con ellos, no habrá diferencias que marcar ¿No es esto lo que UPN quiere y le conviene para perpetuarse en el poder acrecentando la bipolaridad nacionalismo no nacionalismo y hacernos depender siempre de ellos en base a la sacrosanta estabilidad?

Además de todo lo expuesto, los datos, que son tozudos, me afianzan en mi posición de pretender aumentar la identidad diferenciada del partido, y con ello su fortaleza. Los datos que expongo como referencia son de los partidos que en gobiernos de coalición eran las segundas fuerzas:

Euskadi, año 86: PNV-PSE, bajó el PSE
Aragón, años 95-99: PP-PAR, bajó el PAR
Galicia, año 2005: PSGA-BNG, bajó el BNG
Cataluña, año 2005: PSC-ERC-IC, bajaron PSC y ERC, pero el PSC bajó la mitad que ERC
Navarra, año 1995: PSN-CDN-EA. PSN, pese a todo lo que ocurrió, mantiene 11 en el 99, y CDN baja 7. Qué cosas: el CDN no entró en el Gobierno en 1999, y entre ese año y 2003 subió un parlamentario (habiendo mucha más participación, y estando más caro el escaño). En 2003, entró en el Gobierno: en las siguientes elecciones bajó de 4 a 2, y ahora ha bajado de 2 a cero.

Estos datos demuestran que los partidos débiles en la coalición, pierden imagen y contenidos y por el contrario ganan los que tienen la presidencia, que por tener la iniciativa rentabilizan todo.

En definitiva, considero que cogobernar con UPN, puede suponer la congelación, cuando no la desaparición del partido, ya que, al no tener espacio ni para hacer oposición, ni para gobernar realmente, se nos percibirá como simple bisagra y corresponsables de la derecha. Lo que irá en beneficio, tanto de la derecha, como de los que se apropiarían de nuestro espacio: IU y parte de los nacionalistas, y nos consagrarán como bisagra y no como alternativa. Estar en la oposición nos obligará al rearme ideológico y a plasmarlo en un proyecto redefinido que mostrar a la sociedad, y siendo como somos imprescindibles, condicionar de manera real las políticas de UPN. Y que no cunda el miedo, que esto no lleva a elecciones anticipadas, ¿no gobierna Zapatero en minoría? ¿no negocia los apoyos necesarios? Pues que Barcina, que dice con altanería que si gobierna UPN es para realizar su programa, aprenda a ceder en sus postulados para llegar a puntos de encuentro. Todos sabemos que no quieren dejar de tener el poder, así que cederán y si no, mostrarán su incapacidad para gobernar Navarra.

Permitidme que termine citando unas declaraciones:

“La posibilidad de gobernar en coalición con UPN no me gusta ni un pelo… porque eso no sería un cambio, sino mas de lo mismo”.
“La próxima legislatura no va a ser como ésta. Estemos en el Gobierno o en la oposición, no habrá acuerdos extra parlamentarios. El eje del debate va a ser el parlamento, porque así es mas fácil lograr consensos”.
“No me planteo ningún gobierno de coalición, ni con UPN ni con NaBai, lo digo sinceramente. No me gusta y no estaríamos cómodos ni yo ni la organización. Además, tenemos modelos de sociedad diferentes y no sería bueno para Navarra. Aquí, o gobierna UPN o gobierna el PSN. Es lo que está en juego en las elecciones".

Son palabras de nuestro Secretario General, Roberto Jiménez, en entrevistas de 6 de marzo y 18 de mayo. Estoy totalmente de acuerdo, Secretario General; ahora, hay que hacer lo que se dijo a los ciudadanos. Por coherencia y por credibilidad.

martes, 31 de mayo de 2011

Quo vadis, PSN? Construyamos el futuro

Hola a todos. Ha pasado algo más de una semana del día de las elecciones; un tiempo en el que algunos/as nos hemos parado a pensar, en solitario y en compañía, en lo ocurrido, en el porque de lo ocurrido y, sobre todo, en la pregunta de “Y ahora, ¿qué, y hacia dónde?”. Unas reflexiones que quiero ahora compartir con vosotros y vosotras.

Es evidente que, desde 1995 hasta ahora, y con las personas más relevantes siempre en la dirección, la representación parlamentaria del partido ha ido progresivamente a menos (con la excepción del 2007, cuando el PSN que subió un parlamentario). Pero es que, en estas elecciones, se dan circunstancias especiales: la derecha y el nacionalismo están divididas, el CDN en vías de extinción; y una Izquierda Unida
que no remonta. Y, aun teniendo en cuenta esas circunstancias, el PSN ha obtenido los peores resultados de su historia, que nos devuelven a la situación de 1979, cuando no peor.

Yo estoy convencida de que el motivo de estos resultados es que no transmitimos confianza ni claridad en un programa de izquierdas, ni socialdemócrata. Una sensación que se confirma, a ojos de la sociedad, cuando nuestros dirigentes afirman que cualquier escenario postelectoral es posible, como si nuestro programa sirviese igual para pactar con UPN o para pactar con los nacionalistas. O el programa no existe, o no se tiene en cuenta, o en ambos casos se apuesta por un PSN que actúa de comparsa, sin liderar ninguna de las dos posibles uniones.

Con UPN ya hemos estado, en aras de la gobernabilidad y de la estabilidad, en la legislatura anterior. Y el batacazo electoral ha sido nuestro. UPN no ha sufrido las consecuencias de la crisis, ni del paro, ni de la rebaja del sueldo a los funcionarios, ni el desgaste lógico del poder. Culpar de los resultados del PSN sola y exclusivamente a los resultados del PSOE es engañoso, porque nuestra bajada es mucho mayor que en otros lugares. Y es debida, en mi opinión, a que nuestro mensaje se difumina estando demasiado cerca del de UPN. La sociedad no nos ve como alternativa a los regionalistas, ni nos espera como tal. Nos convertimos, para los ciudadanos, en el mero apoyo necesario de UPN, como si fuéramos un PRI, el PAR aragonés o, muy cerquita de nosotros, el propio CDN. Y, con ese escenario, es lógico que no tengamos la confianza de nuestros vecinos y vecinas.

Nos plantamos ahora en un escenario en el que los números parlamentarios nos dan más fuerza que la que, tristemente, nos otorgan los votos. Y algunos se plantean cogobernar con UPN, para incidir aún más en el error que nos ha llevado a la situación actual. Si ya es difícil ejercer la oposición y trasladar tu mensaje, ¡cuánto más en un gobierno en el que manda quien manda, su Presidenta! UPN tendrá la sartén por el mango, para hacer y deshacer, nombrar y cesar Consejeros, y lo hará en cuanto disponga de una excusa. Que se lo pregunten al CDN. Y los socialistas, que en muchas materias tenemos principios programáticos radicalmente opuestos a los de UPN, ¿"impondremos” nuestros criterios... o acabaremos desalojados del Gobierno a la mínima ocasión, en cuanto salgan a relucir materias clave de todos conocidas? Más bien veo claro lo segundo.

Es pues, momento de pararse a pensar. Los ciudadanos han hablado, y los ciudadanos son sabios. Y nos han colocado, con los peores resultados de nuestra historia, en la oposición. La responsabilidad de dotar de un gobierno a Navarra nos obliga a facilitar la investidura de Yolanda Barcina, pero no a entrar en su Ejecutivo. Y, desde la oposición, tendremos que trabajar. Con trabajo, con trabajo y también con trabajo: solamente así se puede, de verdad, ilusionar a los navarros y las navarras.

Hasta ahora, solo hemos hablado de pactos de gobierno, de reparto de carteras, de reparto de Ayuntamientos. Así nos estamos olvidando del partido, anteponiendo otros intereses. Es el momento, lo es desde hace una semana ya, de realizar un ejercicio de responsabilidad para con nuestro partido: abordemos una reflexión en profundidad, compartida con toda la organización, de qué queremos hacer y cómo lo queremos hacer. Limitarnos a discutir sobre los pactos de gobierno es quedarnos en cuestiones circunstanciales, cuando la situación requiere medidas estructurales.

El PSN puede y debe ser partido con aspiración de gobierno. De un gobierno fuerte, monocolor, gobernando como lista más votada, y liderando de verdad a Navarra. Pero eso no será posible sin un rearme ideológico de este proyecto, que es el nuestro. Hay que mirar a la sociedad, hay que escucharla, ver sus necesidades y sus inquietudes y no quedarnos con las nuestras, o con las de unos pocos. Hay que hacer una reforma profunda y completa para dar respuestas a quienes nos han apoyado, pese a las circunstancias; y para responder también a quienes ahora no nos apoyan. Trabajar por sus necesidades, desde el proyecto socialista, es la única vía para lograr más respaldo social en el futuro.

Es la hora de la verdad, de pensar en el partido, y la decisión es trascendental: convertirlo en partido bisagra o liderar la oposición diferenciada y constructiva para demostrar que somos y queremos ser la alternativa a UPN-PP.