Escribo estas líneas al día siguiente del atentado de ETA contra el edificio central de la Universidad de Navarra. Lo que tiene la vida parlamentaria es que hay días, como el de ayer, en los que no tienes ni tiempo para escribir un texto de condolencia. Así que, aunque con retraso, quiero mandar un mensaje de ánimo a la comunidad universitaria. Yo fui "alumna navarrensis" de esa universidad en años difíciles, tanto para el centro como socialmente( del 78 al 82). Siempre noté mucho respeto por parte de todo el profesorado; y eso que (sin ser especialmente conflictiva) nunca fui una "estudiante pacífica". Por ello, quiero mandar un saludo afectuoso a la comunidad educativa del centro y a su rector y resto de miembros. Por supuesto, un abrazo especial a los heridos, que lo fueron de carácter leve, y a todos los que tendrán en el día de ayer un recuerdo de susto y miedo de los que nunca se borran.
viernes, 31 de octubre de 2008
miércoles, 29 de octubre de 2008
Dinero público en Bolsa: que no se vuelva a repetir
En momentos de crisis, además de mirar hacia adelante para hacerlo lo mejor posible con nuestro dinero, es también conveniente echar la vista atrás para corregir errores. Y de un error, un grave error en mi opinión, tratan las siguientes líneas. Un error que no es de una familia, ni de una entidad privada... sino que es un error cometido por el responsable del dinero de todos los navarros: su Gobierno. Hablamos del ERROR IBERDROLA, en el que el Ejecutivo incurrió a través de la empresa pública SODENA.
Recordemos los antecedentes de este error, que pudimos conocer a través de la prensa. A finales de 2004, y como ya recordarán nuestros lectores, se produjo la desinversión (en términos coloquiales, venta de participación) de SODENA en EHN. Se obtuvo por ella una plusvalía de 357 millones de euros. El 8 de febrero de 2005, el Consejero Iribarren da orden a SODENA, por carta, de comprar acciones de Iberdrola.
Dicho y hecho: el 10 de febrero de 2005, se produjo la entrada de SODENA en Iberdrola mediante la compra de 9.015.000 acciones (correspondiente al 1% del capital social) por el precio de 173,5 millones de euros. SODENA pagó esta cantidad de su cuenta de tesorería (con dinero proveniente de la venta de EHN).
Aquello levantó ampollas en la sociedad navarra, puesto que suponía comprar acciones de una empresa que cotiza en Bolsa y, por tanto, de alguna manera se estaba jugando en Bolsa con el dinero de las navarras y los navarros. Por eso, el 3 de marzo de 2005, tanto el entonces Consejero Iribarren como el ex Consejero Armendáriz (presidente de SODENA) tuvieron que aclarar que la operación no iba a suponer restricciones en las inversiones de SODENA: se iba a obtener una financiación de hasta 125 millones de euros y se iba a contratar una cobertura de la operación que minimizara su riesgo financiero.
En resumen: SODENA pagó de su cuenta los 173.556.237,90 euros, y concertó después un crédito con CAN para financiar la operación, así como una póliza de cobertura del riesgo. A través de ese crédito, SODENA finalmente se endeuda con 120 millones, con límite máximo de 150; la CAN toma como garantía las propias acciones, por un plazo de 7 años, y se paga el resto de la compra con fondos obtenidos de la venta de EHN.
La situación actual
Tras ello, una empresa de capital mayoritariamente público, SODENA, que tiene como función el fomento y apoyo al sector productivo navarro, tiene invertidos en bolsa 173,5 millones de euros: 120 obtenidos a crédito, y el resto sacados de sus propios fondos.
El pasado 28 de mayo, se prorrogó el crédito con CAN... pero no así la cobertura del riesgo (porque no hacía falta, según dijo el Consejero, y costaba dinero). De esta manera, seguimos pagando intereses del crédito, pero nada nos garantiza una cobertura de esa inversión. En definitiva, nos encontramos completamente al albur de las fluctuaciones del mercado bursátil.
Y, como se pueden imaginar, se ha perdido dinero. Lo que en mayo era operación que tenía unas plusvalías, en este momento ha bajado y sigue empeorando. A fecha 26 de octubre, la pérdida neta de valor del conjunto de la operación, realizada por empresas públicas, está en torno a los 90 millones de euros: 55 corresponderían a SODENA y 35 a la CAN. Son los riesgos de la Bolsa, en la que, insisto, estamos “jugando” todos los navarros. No es una inversión productiva que va mal: es una inversión especulativa que puede ir mal y que no genera riqueza alguna ni beneficio social alguno.
Esto produce dos efectos muy graves, en un momento en el que hace falta todo el dinero y todo el esfuerzo posible para afrontar la crisis y apoyar al sector productivo, a las empresas de Navarra. Por un lado, SODENA tiene su capacidad de crédito condicionada y limitada por una sola operación, que nada tiene que ver con el esfuerzo para salir de la crisis. Por otro, SODENA tiene disponibles 53,5 millones menos para adoptar medidas e iniciativas de apoyo al empresariado navarro.
Difícil salir del atolladero
¿Qué hacer ahora? Es evidente que concertar de nuevo una cobertura de riesgo sería, o muy caro, o imposible; vender las acciones supondría perder ; y mantener la inversión supone arriesgar. O sea: MAL DE TODAS FORMAS.
Es sangrante que, en la situación económica actual, esos millones de euros no se puedan utilizar. Millones que serían vitales para invertirlos en favorecer políticas contra la crisis, políticas sociales y de inversión en apoyo de nuestro tejido productivo y de los ciudadanos navarros.
No se trata de especular ni de alertar. Se trata de recordar que el PSN, en todo este asunto, fue muy crítico y se posicionó en contra de esta actuación inversora; una actitud por la que recibimos duras quejas del Gobierno. Para el Ejecutivo de Sanz, era una operación estratégica para Navarra y brillante dadas sus plusvalías. Para nosotros era una operación meramente especulativa, y suponía simplemente jugar en bolsa con el dinero de todos los navarros.
El dinero público, entendemos los socialistas, debe servir para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, la igualdad de oportunidades, la libertad y la solidaridad. No es de recibo que 173,5 millones de euros estén invertidos en bolsa, pagando por ello intereses, retenidos y a la espera, y tengamos que acudir a deuda pública para financiar las necesidades presupuestarias, por la que pagaremos también intereses. ¿No deberíamos poder contar con el dinero público, en vez de “jugárnoslo” en Bolsa? ¿No es más correcto incrementar nuestra capacidad inversora en esos 173,5 millones de euros? Para quien se pierda en la cifra: hablamos de casi 30.000 millones de pesetas.
Confío que imperará la cordura en SODENA y el Gobierno, para realizar una exquisita vigilancia de la inversión y adoptar iniciativas para salvaguardar el dinero público. Un dinero que es de todos y en todos debería repercutir, invirtiéndolo en lograr mayor y mejor productividad, mayor y mejor I+D+I, mayor y mejor cohesión social, mayor y mejor protección de nuestros ciudadanos. Ésta, y no otra, es la labor que nos debe ocupar, y más en estos momentos de crisis económica.
Probablemente ahora no quede mas que aguantar y vender las acciones en el momento en que recuperen su valor (que esperemos sea pronto)... pero acabaré con el título de este escrito. ¿Invertir dinero público en Bolsa? Que no se vuelva a repetir. Nunca más.
Recordemos los antecedentes de este error, que pudimos conocer a través de la prensa. A finales de 2004, y como ya recordarán nuestros lectores, se produjo la desinversión (en términos coloquiales, venta de participación) de SODENA en EHN. Se obtuvo por ella una plusvalía de 357 millones de euros. El 8 de febrero de 2005, el Consejero Iribarren da orden a SODENA, por carta, de comprar acciones de Iberdrola.
Dicho y hecho: el 10 de febrero de 2005, se produjo la entrada de SODENA en Iberdrola mediante la compra de 9.015.000 acciones (correspondiente al 1% del capital social) por el precio de 173,5 millones de euros. SODENA pagó esta cantidad de su cuenta de tesorería (con dinero proveniente de la venta de EHN).
Aquello levantó ampollas en la sociedad navarra, puesto que suponía comprar acciones de una empresa que cotiza en Bolsa y, por tanto, de alguna manera se estaba jugando en Bolsa con el dinero de las navarras y los navarros. Por eso, el 3 de marzo de 2005, tanto el entonces Consejero Iribarren como el ex Consejero Armendáriz (presidente de SODENA) tuvieron que aclarar que la operación no iba a suponer restricciones en las inversiones de SODENA: se iba a obtener una financiación de hasta 125 millones de euros y se iba a contratar una cobertura de la operación que minimizara su riesgo financiero.
En resumen: SODENA pagó de su cuenta los 173.556.237,90 euros, y concertó después un crédito con CAN para financiar la operación, así como una póliza de cobertura del riesgo. A través de ese crédito, SODENA finalmente se endeuda con 120 millones, con límite máximo de 150; la CAN toma como garantía las propias acciones, por un plazo de 7 años, y se paga el resto de la compra con fondos obtenidos de la venta de EHN.
La situación actual
Tras ello, una empresa de capital mayoritariamente público, SODENA, que tiene como función el fomento y apoyo al sector productivo navarro, tiene invertidos en bolsa 173,5 millones de euros: 120 obtenidos a crédito, y el resto sacados de sus propios fondos.
El pasado 28 de mayo, se prorrogó el crédito con CAN... pero no así la cobertura del riesgo (porque no hacía falta, según dijo el Consejero, y costaba dinero). De esta manera, seguimos pagando intereses del crédito, pero nada nos garantiza una cobertura de esa inversión. En definitiva, nos encontramos completamente al albur de las fluctuaciones del mercado bursátil.
Y, como se pueden imaginar, se ha perdido dinero. Lo que en mayo era operación que tenía unas plusvalías, en este momento ha bajado y sigue empeorando. A fecha 26 de octubre, la pérdida neta de valor del conjunto de la operación, realizada por empresas públicas, está en torno a los 90 millones de euros: 55 corresponderían a SODENA y 35 a la CAN. Son los riesgos de la Bolsa, en la que, insisto, estamos “jugando” todos los navarros. No es una inversión productiva que va mal: es una inversión especulativa que puede ir mal y que no genera riqueza alguna ni beneficio social alguno.
Esto produce dos efectos muy graves, en un momento en el que hace falta todo el dinero y todo el esfuerzo posible para afrontar la crisis y apoyar al sector productivo, a las empresas de Navarra. Por un lado, SODENA tiene su capacidad de crédito condicionada y limitada por una sola operación, que nada tiene que ver con el esfuerzo para salir de la crisis. Por otro, SODENA tiene disponibles 53,5 millones menos para adoptar medidas e iniciativas de apoyo al empresariado navarro.
Difícil salir del atolladero
¿Qué hacer ahora? Es evidente que concertar de nuevo una cobertura de riesgo sería, o muy caro, o imposible; vender las acciones supondría perder ; y mantener la inversión supone arriesgar. O sea: MAL DE TODAS FORMAS.
Es sangrante que, en la situación económica actual, esos millones de euros no se puedan utilizar. Millones que serían vitales para invertirlos en favorecer políticas contra la crisis, políticas sociales y de inversión en apoyo de nuestro tejido productivo y de los ciudadanos navarros.
No se trata de especular ni de alertar. Se trata de recordar que el PSN, en todo este asunto, fue muy crítico y se posicionó en contra de esta actuación inversora; una actitud por la que recibimos duras quejas del Gobierno. Para el Ejecutivo de Sanz, era una operación estratégica para Navarra y brillante dadas sus plusvalías. Para nosotros era una operación meramente especulativa, y suponía simplemente jugar en bolsa con el dinero de todos los navarros.
El dinero público, entendemos los socialistas, debe servir para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, la igualdad de oportunidades, la libertad y la solidaridad. No es de recibo que 173,5 millones de euros estén invertidos en bolsa, pagando por ello intereses, retenidos y a la espera, y tengamos que acudir a deuda pública para financiar las necesidades presupuestarias, por la que pagaremos también intereses. ¿No deberíamos poder contar con el dinero público, en vez de “jugárnoslo” en Bolsa? ¿No es más correcto incrementar nuestra capacidad inversora en esos 173,5 millones de euros? Para quien se pierda en la cifra: hablamos de casi 30.000 millones de pesetas.
Confío que imperará la cordura en SODENA y el Gobierno, para realizar una exquisita vigilancia de la inversión y adoptar iniciativas para salvaguardar el dinero público. Un dinero que es de todos y en todos debería repercutir, invirtiéndolo en lograr mayor y mejor productividad, mayor y mejor I+D+I, mayor y mejor cohesión social, mayor y mejor protección de nuestros ciudadanos. Ésta, y no otra, es la labor que nos debe ocupar, y más en estos momentos de crisis económica.
Probablemente ahora no quede mas que aguantar y vender las acciones en el momento en que recuperen su valor (que esperemos sea pronto)... pero acabaré con el título de este escrito. ¿Invertir dinero público en Bolsa? Que no se vuelva a repetir. Nunca más.
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