Es un privilegio y un orgullo para Tafalla, para los socialistas tafalleses y para mí, como secretaria general de esta agrupación, haber recibido en nuestra ciudad a casi 300 socialistas de toda Navarra. Y sobre todo ha sido un privilegio tener en nuestra ciudad al número dos de la lista del PSOE al parlamento europeo, Ramón Jáuregui. No por ese puesto, sino por su amplia trayectoria, sus profundos valores que nunca ha dejado de demostrar, aunque le haya costado algún disgusto... y porque tiene mucho de esta tierra, de Navarra.
Quizá algunos y algunas no lo sepáis, pero este donostiarra de nacimiento es muy navarro. Es el menor de los 10 hijos, diez, de un matrimonio entre navarros: su padre, de Obanos; su madre, de Oricain. Una madre que, por desgracia, falleció cuando él todavía era un niño. Pero, como él mismo reconoce, siempre tuvo muchas madres: todas sus hermanas, mayores que él.
No penséis que la marcha de Navarra a San Sebastián fue fácil para sus padres. Mucho tuvieron que ver las penurias que azotaban esta tierra en aquellos años oscuros. Penurias económicas... y penurias políticas. Las económicas están claras, muchos de vosotros las conocisteis. Las penurias políticas también os resultarán familiares: su padre pasó un tiempo encarcelado, como prisionero político, en el fuerte de San Cristóbal. Por ser socialista.
Así que Ramón aprendió en casa el socialismo. Pero no solo eso. Aprendió también el valor del esfuerzo; aprendió a ser solidario en esa familia tan amplia; y aprendió a ser sobrio, cualidad imprescindible cuando no sobra nada y hay muchos hermanos a los que mantener.
Todos esos valores le llevaron a ser lo que es hoy. El esfuerzo le hizo trabajar en la fundición de Luzuriaga de Pasajes con 14 años. Coincidió allí, por cierto, con Amador, el padre de nuestro Secretario General. Ramón trabajaba en la fábrica durante el día, y sacaba tiempo para estudiar una ingeniería técnica. Construcción de Maquinaria. La terminó. Eso es esfuerzo.
La solidaridad le hizo no olvidarse de los que menos tienen cuando él ya empezaba a resolver su vida: estudió Derecho, fue alcalde de San Sebastián con sólo 30 años... y se dedicó a la política, llevando las ideas socialistas heredadas de su padre hasta el Gobierno Vasco, hasta el Congreso de los Diputados y, ahora, hasta Europa. Eso es solidaridad con todo un pueblo, con todos los pueblos. La solidaridad internacionalista de la que tanto sabe este partido.
La sobriedad la lleva impregnada en toda su actuación política: firme en sus convicciones, pero sin una palabra más alta que otra; tan claro en sus principios, que no necesita alardear de ellos. Es un político serio, un político socialista de los pies a la cabeza y del obrerismo a la educación universitaria. ¡Él es patrimonio de este partido, y es un lujo tener un compañero como él!
Mirad: las memorias de Ramón se titulan “El país que yo quiero. Memoria y ambición de Euskadi”. Lo que yo tengo claro es que, en la Europa que yo quiero, no puede faltar alguien de la talla personal y política de Ramón Jáuregui. El próximo día 7, con nuestros votos, tenemos ocasión de llevar a este hombre al Parlamento Europeo. De corazón os pido que votéis al PSOE, y con más fuerza aquí, donde UPN no se presenta pero, sin pedirlo, inclina el voto hacia el PP. UPN y PP son, no lo olvidéis, los auténticos adversarios políticos del PSN y del PSOE en Navarra.
Votad el domingo, y votad socialista. Hacedlo por el Partido, y también por Ramón. Haced que Ramón Jáuregui se sienta respaldado por esta tierra, que también es suya. Haced, con vuestras papeletas, que se sienta más de aquí que nunca. Haced que se acuerde, con todo orgullo, cuando entre en la Eurocámara por primera vez, de la tierra de sus padres: aquella madre de Oricain que tuvo diez hijos y aquel padre de Obanos al que, en Donosti, le llamaban “El Navarro”.
Gracias de nuevo, Ramón, por venir a Tafalla.